Todo el juicio comenzó porque Apple impidió que se pudieran escuchar canciones de fuentes que no fueran iTunes. Esto se tradujo en una demanda colectiva que reclamaban a la multinacional 350 millones de dólares.
La sentencia ha sido clara, la versión 7.0 de iTunes de Apple representa una mejora sustancial del producto ya que permite que programas de terceros pudieran meter sus canciones en los iPods y por tanto no supuso una violación de las leyes antimonopolio..
Una vez más parece ser que Apple tenía todo bien atado mucho antes de lo que todos imaginaban.
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